jueves, 1 de septiembre de 2016

Materialistas y ortodoxias.

Miembros de IH o de sus resultantes degeneradas, pero no únicamente: también personas que, sin pertenecer a este grupo, han leído a Bueno o han escuchado sus conferencias, teselas, etc. acusan a algunos discípulos de Bueno, entre los que es un honor encontrarse, organizados en torno a la Fundación, El Catoblepas,  Nódulo Materialista o, de modo quizás más general, en la Escuela de Oviedo, del pecado de  ortodoxia acrítica. Una ortodoxia de la que derivan tres tipos de efectos. De una parte, la vulgaridad en nuestras exposiciones, reducidas, desde sus coordenadas, a copias imperfectas del original. De otra, la intransigencia y el dogmatismo. De este modo así como el original siempre es preferible a la copia (buena o mala, a esta escala, da lo mismo), la lectura heterodoxa también lo sería respecto de la ortodoxia dogmática. Incluso esta lectura heterodoxa de Bueno sería más acorde con el carácter dialéctico del sistema del filomat, al que  hasta el propio Gustavo Bueno –secuestrado por sus aplaudidores acríticos- habría sido infiel, bien por senilidad, bien por un desmayo o eclipse de sindéresis provocado por la loa contínua de sus perritos falderos (El impagable egocéntrico Armesilla llegó a ilustrar esta situación con unos dibujos animados en donde un perro pequeño y nervioso peloteaba sin parar a un Bull Dog). El tercer efecto es la apraxia: nos hemos convertido, en el mejor de los casos, en los filólogos del buenismo;  a medio camino entre lo malo y lo peor, en escolásticos especulativos, formalistas; en el peor, en bobos apráxicos inconscientes de su tara, que se lo proponen todo y nunca cumplen nada. A este efecto ellos opondrán su compromiso práctico “con la realidad política” (Otra vez el pluscuamperfecto Armesilla, en su reciente exposición de DENAES y dejándola caer, como quien no quiere la cosa, volvió a aludir a la escena de la película “La vida de Brian” en la que los del Frente Popular de Judea se enfrentan al Frente Judaico Popular, escena que ya había usado con anterioridad, creo recordar, en un artículo de su blog; aunque, en el contexto de denaes, también podría estar dedicada  a sus antiguos camaradas de IH, ahora en Podemos, a quienes zurraba de lo lindo, y no sin razón, en su exposición de Santander).
Respecto de esto tengo que decir:
1)      Jamás- más allá de artículos de re-exposición, que son los menos, y de la explicación pertinente de los neologismos, conceptos, ideas y teorías de la doctrina construida por Gustavo Bueno, cuando tal menester es necesario para la cabal comprensión de lo que se dice- he visto en ninguno de los acusados entre los que me incluyo, artículos, ensayos, etc. hechos por el procedimiento de corta-pega o de parafrasear a Bueno. Al contrario, basta ver la cantidad de asuntos que han sido tratados por nosotros en El Catoblepas o el Basilisco (etología, antropología, filosofía de la historia e historia de la filosofía, el amor, la guerra, España, el krausismo, las matemáticas, la lógica…hasta el espiritismo) en contextos que, bien no habían sido abordados explícitamente por Bueno, o bien habían sido sugeridos como campo de trabajo por él mismo sin que él mismo los hubiese desarrollado. Este supuesto efecto es indemostrable. Mera insidia.
2)      El dogmatismo es necesario en la reexposición de cualquier sistema filosófico. En mis clases de bachillerato y en mis escritos, soy tan dogmático cuando explico la deducción trascendental de las categorías de Kant, los silogismos o las Leyes de Morgan como cuando explico el Concepto de espacio Antropológico. Yo y cualquiera, digo. En cuanto a la defensa de las doctrinas o teorías de Bueno frente a eventuales opositores, decir que no es dogmática, sino crítica de la crítica precisamente. Porque puede hacerse, porque hay argumentos que ofrecer para defender lo que ha sido objeto de crítica ¿Acaso cuando Pérez Herranz declinó discutir con Pedro Insua y Atilana Guerrero, por ejemplo, la acusación de dogmatismo no estaba fuera de lugar, puesto que los argumentos históricos de ambos eran ajustadísimos –y, por cierto, distintos a los que Bueno utiliza en E.f.E? Cuando Ongay o yo mismo defendimos la interpretación canónica de la tesis zoogenética de El animal divino, frente a la teoría de Alvargonzález, no fue por la defensa de la ortodoxia del dogma, entre otras cosas, porque la misma teoría zoogenética es dialéctica, sino porque nos pareció que David se equivocaba en cosas muy concretas que le hicimos notar en nuestros artículos, en los que las citas de Bueno no eran argumentos repetidos de Bueno, sino  apoyos para sostener nuestros propios argumentos. La acusación de perritos falderos es una basura: la admiración que tenemos a Bueno es admiración por su magisterio, por sus argumentaciones, por el modo de construir sus teorías, por su profundidad y rigor. Si nos hemos acercado a su sistema ha sido a través del estudio y la dedicación de muchas horas a ese menester. Un trabajo que no sirve para obtener reconocimientos, méritos, académicos, ni en mi caso, me sirve para los sexenios, trienios y esas cosas que te ganas haciendo cursillos de la UGT sobre “educación vial”. Sugerir que esa admiración nubla el entendimiento es un insulto, porque es el entendimiento el que, en la génesis, nos lleva al Materialismo Filosófico y no la admiración: no es la admiración la que inclina al entendimiento sino el entendimiento el que inclina la admiración, permítaseme el quiasmo.

3)      La apraxia, filológica, escolástica o boba tampoco existe, ni puede ser acusación a tener en cuenta por quienes tratamos especulativamente sobre cosas prácticas. Aparte de que ya es demasiado conceder que tomar partido por el PCE o Podemos (curiosamente si se toma por el PP, entonces, ya no es apraxia, sino traición. Traición de Bueno consigo mismo, seducido por Gabino, por Aznar, etc… y otras majaderías) sea, per se, algo práctico. La toma de partido, por IU, por el PSOE o por Podemos, tal y como estos propios partidos presentan su filosofía de España, su idea de Nación, tramos fundamentales de sus ideologías, y su propia práctica en la España del presente (Pactos con secesionistas, retórica vacía repleta de lisologismos) puede que sea práctica, pero una práctica peligrosa y, por lo que respecta al asunto, absolutamente contraria al materialismo político e injustificable en sus términos y doctrinas. Precisamente, el materialismo filosófico se hace práctico cuando es capaz de atacar debida y razonadamente, las ideologías armonistas, altermundistas, ecologistas, feministas o secesionistas que defienden estos partidos.

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